Ubicado al norte de la Patagonia argentina, el corredor del Gran Valle presenta un oasis productivo en medio de la estepa.

Posicionado como el principal productor de manzanas del país, entre otros cultivos de exportación, abarca parte de las provincias argentinas de La Pampa, Neuquén y Río Negro.

Estas provincias presentan variados paisajes: desde la aridez agreste de la estepa con su vegetación xerófila y rala, hasta el verde pujante de los campos cultivados.

La oferta turística en la región gira en torno a visitas a los distintos establecimientos dedicados a la producción intensiva de estos cultivos regionales.

La región del Gran Valle también ofrece la posibilidad de realizar turismo histórico, además de la posibilidad de disfrutar, en verano, los numerosos balnearios sobre sus ríos.

Situado en medio de la vasta meseta patagónica, el denominado Alto Valle, emerge como un oasis productivo, surcado por los ríos: El Limay, el Neuquén, el Negro y el Colorado, entre los más importantes.

Dichos ríos ofrecen un marco ideal para la práctica de deportes náuticos y la pesca, además de un espacio de descanso y contemplación. El paisaje del Gran Valle permite apreciar una transición del verde de los campos cultivados y las chacras en flor a una vegetación xerófila y rala hacia el sur de la región, donde se ingresa a la agreste naturaleza de la Patagonia propiamente dicha, con sus escasos cursos de agua y la magnificencia de sus imágenes.

Ciudades como Neuquén o Cipolletti constituyen pujantes centros urbanos que han incorporado importantes avances tecnológicos y culturales en las últimas décadas.

Además, brindan una amplia gama de hoteles y restaurantes, configurando sitios ideales como punto de partida para un exhaustivo recorrido por el resto de la Patagonia.

El mercado turístico en constante crecimiento sitúa a la Patagonia  como una excelente opción para disfrutar de un placentero descanso.